Wind River


No todos los films de acción necesitan gastar la mitad de su presupuesto en efectos especiales. Sobre todo cuando se sujeta en un argumento lleno de matices. La historia se desgrana lentamente pero a buen ritmo, al igual que los sentimientos de los personajes van fluyendo a cada dialogo.
Protagonistas que lejos de poseer unas aptitudes sobrenaturales, nos presentan a unos antiheroes que sangran, tiemblan de frío, y sobre todo, aprenden a sobrevivir en un mundo en el que los errores no se superan, sino que terminan formando parte de nuestras vidas. Cuando no terminan destruyéndonos.

Siempre diré que las buenas películas son para hacernos soñar mientras las vemos, pero las mejores son las que lo consiguen al terminar. Esta es una de ellas.

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